Una chica friki quiere chupar una buena polla grande
Durante años, fue la amiga confiable. La que sabía de cómics, videojuegos y películas de ciencia ficción y incluso se vestía con algún disfraz erótico muy espectacular. La que nunca faltaba a una convención y tenía más figuras de colección que pares de zapatos. Esa chica friki que todos los hombres veían como “una colega más”. Y eso, a veces, dolía más de lo que estaba dispuesta a admitir.
Pero había uno en particular. Un amigo de siempre, de esos con los que se comparte todo… menos besos. Siempre venía a visitarla con una sonrisa, sin darse cuenta de cómo ella lo miraba cuando creía que no la veía. Había química, sin duda, pero algo faltaba: una señal clara. Así que, por primera vez, decidió dar un paso que no estaba en ningún manual de rol ni en ninguna saga intergaláctica y eso significaba que iba a lucir un disfraz erótico muy ceñido al cuerpo.
Una escena muy picante y espectacular
Esa noche, cuando él le escribió diciendo que pasaría a verla para ponerse al día y cenar algo, ella ya lo tenía todo planeado. No iba a ser la típica velada con pizza, camisetas anchas y videojuegos. No esta vez. Cuando él tocó la puerta, no encontró a la chica friki de siempre. Frente a él estaba una chica friki, sí… pero envuelta en un disfraz erótico que dejaba muy poco a la imaginación.
Inspirado en uno de sus personajes favoritos de una saga de ciencia ficción, el disfraz erótico era ceñido, provocador y perfectamente calculado para resaltar cada curva. Él tardó unos segundos en procesar lo que veía. Ella, segura por fuera pero con el corazón latiéndole a mil por dentro, le sonrió como si nada.
Lo que siguió fue una noche diferente. Las conversaciones se volvieron más cercanas, las miradas más intensas y las risas más cómplices. La rubia con el disfraz erótico no había cambiado quién era, seguía siendo la chica friki, solo que ahora se permitía jugar con su lado más atrevido.
A veces, el deseo necesita un empujón. Y un disfraz erótico, bien elegido, puede ser justo lo que hace falta para que alguien te vea con otros ojos. Porque detrás de cada chica friki que parece “una más”, hay una mujer esperando ser descubierta… y deseada.